Ya sea que su hija o hijo aún no haya probado la marihuana, haya comenzado a consumirla o la use regularmente, la orientación y la información que se encuentran aquí pueden ayudarle.
La marihuana es un producto de la planta conocida como cannabis y su principal químico activo es el THC. Aunque es la sustancia más consumida entre los jóvenes, la marihuana tiene importantes riesgos para la salud y la seguridad de quienes la consumen.
La adolescencia y los primeros años de la edad adulta son cuando nuestros hijos son más vulnerables a los efectos nocivos de la marihuana. Esta sustancia puede afectar el desarrollo de su cerebro, sus calificaciones en la escuela, sus relaciones y su salud física. El riesgo de adicción también aumenta.
Sin importar si un joven consume cannabis (marihuana) “para sentirse bien” o “para sentirse mejor”, su medio ambiente a menudo marca sus creencias y actitudes. Estas creencias, a su vez, influyen en las decisiones sobre el consumo de marihuana.
Una historia familiar de consumo de sustancias o adicción aumenta el riesgo de consumo. El riesgo también aumenta si un padre o un hermano mayor consumen marihuana, o si se puede acceder fácilmente a esta sustancia en el hogar, el vecindario o la escuela.
Amigos y compañeros
Las investigaciones muestran que tener compañeros que consumen sustancias es uno de los factores más importantes que predicen la probabilidad de que un joven pruebe y consuma una sustancia. En una encuesta que hicimos de adolescentes en todo el país, hallamos que la mayoría de las personas que dijeron tener un amigo que consume sustancias informaron tener más de un amigo que las consume.
Medios y cultura popular
Las películas, los programas de televisión, la música y las redes sociales son fuertes influencias en la vida de los jóvenes. A menudo, en estos medios se glorifica el consumo de marihuana y se resta importancia a sus daños. Encuestamos a adolescentes y un tercio informó que su principal fuente de información sobre las drogas son las redes sociales, otros adolescentes o internet. Esas fuentes a menudo no son confiables.
La marihuana, más que otras sustancias, recibe mucha atención debido a los esfuerzos de legalización a nivel nacional. A menudo se le considera una sustancia inofensiva. Por lo tanto, los adolescentes y adultos jóvenes tienden a minimizar su riesgo. Aproximadamente tres cuartas partes de los adolescentes creen que el consumo poco frecuente de marihuana no daña el cuerpo. La mayoría cree que es más segura que el alcohol, aunque sabemos que cada sustancia tiene sus propios riesgos.
Problemas de salud mental y estrés
Algunos jóvenes consumen marihuana para tratar de aliviar su sensación de depresión o ansiedad, que a veces es resultado de tener más responsabilidades o presiones escolares. El consumo de marihuana puede empeorar las enfermedades mentales y provocar adicción en algunas personas.
La potencia del THC, que es el ingrediente activo de la marihuana y que es el que causa el “subidón” o la sensación de estar “drogado”, ha aumentado constantemente desde la década de 1960. Entre 1995 y 2018, la concentración promedio de THC en la hierba de marihuana casi se cuadruplicó, del 3.96% al 15.61%.[1]
Actualmente, es posible encontrar marihuana con una potencia de 25% o más elevada. Otros productos, como aceites concentrados o tinturas, pueden tener una potencia incluso mayor de 90%.
Como consecuencia, ha habido un aumento en las visitas a las salas de emergencias de los hospitales debido al consumo de marihuana. Eso sugiere que la potencia actual de la marihuana puede tener mayores efectos en la salud que en décadas pasadas.[2]
Una mayor potencia también se asocia con una dependencia más severa y una mayor probabilidad entre los adolescentes de desarrollar trastornos de salud mental, incluyendo ansiedad.[3] Si quiere conocer más sobre la importancia del THC en la marihuana, lea este artículo.
Efectos a corto plazo
El consumo de marihuana puede afectar a las personas de manera diferente. Los efectos más comunes incluyen:
Efectos a largo plazo
Los adolescentes y jóvenes se encuentran entre los más vulnerables a los daños de la marihuana. Sustancias como la marihuana interfieren directamente con el desarrollo del cerebro, especialmente con las partes del cerebro responsables de la toma de decisiones, la búsqueda de recompensas y el control de los impulsos. Aunque existe información contradictoria sobre los efectos de la marihuana en la salud física y mental, las investigaciones apuntan a varias conclusiones:
Conducir bajo los efectos de la marihuana
Al igual que el alcohol, la marihuana afecta el juicio y las habilidades motores generales, lo que es especialmente riesgoso para los conductores nuevos e inexpertos. Conducir bajo los efectos de
la marihuana no es necesariamente más seguro que conducir en estado de ebriedad.
Trastorno por consumo de marihuana
La marihuana, como muchas otras sustancias, puede causar adicción. Afecta el sistema de recompensa del cerebro y la probabilidad de adicción aumenta de forma considerable para quienes comienzan a consumir desde muy jóvenes. Los síntomas del trastorno por consumo de marihuana pueden incluir:
Reconocer las diferentes formas en que los jóvenes consumen marihuana es importante para identificar el uso y proteger a nuestros jóvenes de cualquier daño. Aunque fumar sigue siendo el método de consumo más común, muchos adolescentes creen que existen formas más seguras o discretas de consumir marihuana.
La marihuana se fuma mediante un cigarro, porro o carrujo (cuando la marihuana se enrolla en papel), un bong (un recipiente con una boquilla de vidrio o plástico que funciona con agua para crear humo), un mini bong (que genera burbujas), o una pipa. Los bongs y las pipas a veces se fabrican con objetos comunes, como botellas o latas de refresco, e incluso con frutas o verduras.
Cada vez más, los jóvenes utilizan dispositivos sin humo para vapear líquidos o cartuchos que contienen THC. Vapear no produce el mismo olor particular que la marihuana fumada, lo que hace que su consumo sea más fácil de ocultar. La marihuana vaporizada también tiende a ser más potente y contener concentraciones más altas de THC.
Dabbing es el verbo en inglés para describir una manera de consumir concentrados de cannabis. Un concentrado de marihuana, conocido también como hachís (dabs, cera o mantequilla), se coloca en una pipa de vidrio o bong que se calienta con un encendedor o mechero. La cera calentada, normalmente más potente que la marihuana fumada, crea un vapor que se inhala. Los dabs pueden tener una concentración de hasta 90% de THC.
Los concentrados de aceite o la hierba de marihuana pueden consumirse de algunas de las maneras descritas antes o pueden ser mezclados con alimentos. A menudo, estos productos de cannabis se hornean para preparar galletas, pasteles o dulces. El riesgo adicional de los productos comestibles de cannabis es que es fácil consumir más THC del que se planeaba. Algunas bebidas con gas endulzadas también contienen THC, lo que permite el consumo de cannabis de manera discreta y a menudo en dosis altas.
Las tinturas, a menudo destinadas para uso médico, son líquidos extraídos de la planta de la marihuana mediante un proceso que involucra alcohol. Son muy potentes y se utilizan colocando gotas debajo de la lengua para una rápida absorción. El THC también se puede ingerir mediante pastillas conocidas como “cápsulas de cannabis” o píldoras de marihuana. Se elaboran rellenando cápsulas de medicamento con aceite de marihuana, cera u otro extracto. Los líquidos, con infusión de THC o cannabidiol (CBD), se pueden rociar discretamente debajo de la lengua para una rápida absorción.
El uso de un vapeador que no produce humo conlleva sus propios riesgos. Numerosos ingredientes tóxicos se inhalan al vapear. En 2020 se registraron lesiones pulmonares graves y muertes asociadas con el vapeo de marihuana. Estos daños fueron causados por una combinación peligrosa entre los sabores artificiales y el aerosol contenido en algunos vapeadores que funcionan con cartuchos.
Los dispositivos sin humo también pueden hacer que se consuma una mayor cantidad de marihuana debido a que no produce el olor revelador de la hierba fumada. Debido a que vapear es más discreto que fumar, se puede hacer con mayor frecuencia. La marihuana vapeada, además, generalmente es más potente, con concentraciones más altas de THC.
Muchos jóvenes creen que despenalizar o legalizar el consumo de marihuana, implica que el consumo de esta sustancia es seguro sin importar la edad. Estudios indican que cuando los adolescentes y jóvenes creen que hay poco riesgo al consumir marihuana, las tasas de consumo aumentan.[4]
Los datos nacionales indican que en todos los estados que han despenalizado o legalizado el consumo de marihuana para uso recreativo entre adultos, las tasas reportadas de consumo inicial entre adolescentes son entre un 12% y un 63% más altas que el promedio nacional.[5]
Otro riesgo es que la industria de la marihuana está ansiosa por promover el consumo entre los jóvenes, ya que eso los puede convertir en consumidores leales, habituales y de largo plazo. La industria ya ha comenzado a utilizar algunas de las estrategias usadas para promover tabaco y alcohol. Debido es estas campañas publicitarias, no es sorprendente que los productos comestibles parecidos a dulces y botanas sean populares entre los jóvenes.
Además de las preocupaciones en torno a la salud, para la población latina y de color, el consumo de marihuana puede ser especialmente preocupante debido a la desigualdad racial con que se aplican las leyes sobre el consumo de sustancias. En ese sentido, la
eliminación de las sanciones penales por posesión y consumo personal (lo que se conoce como despenalización) ayudará a reducir esta preocupación en las familias.
A pesar de lo que muchos padres creen y sienten, usted tiene una enorme influencia sobre sus hijos, incluyendo sobre sus actitudes sobre el consumo de marihuana. Los propios chicos han informado en encuestas que sus padres tienen la mayor influencia sobre sus actitudes y comportamientos en torno al consumo de sustancias.
Conozca los hechos
Usted es un filtro esencial entre sus hijos y las muchas influencias que lo alientan a consumir marihuana. Busque información actualizada y basada en la evidencia científica sobre cómo, dónde y por qué los jóvenes consumen marihuana. Esté preparado con respuestas honestas, que usted podrá comunicar de manera apropiada para la edad de su hija o hijo. Eso ayudará a que los vean como una buena fuente de información.
Comience a temprana edad
Al hablar con sus hijos desde que son pequeños, usted ayuda a desarrollar una mentalidad saludable cuando se trata del consumo de marihuana. Las conversaciones antes de que entren a la secundaria pueden disminuir la intención que podría tener su hija o hijo de probar o consumir sustancias en el futuro. Además, esas conversaciones pueden influir en la forma en que sus hijos manejen la amistad con compañeros que consuman sustancias.
Es importante continuar las conversaciones a medida que los hijos crecen. No se aleje. Los últimos años de la adolescencia a menudo es el período de mayor riesgo de consumo de sustancias entre los adolescentes. Exprese claramente cuáles son sus expectativas como padre respecto del consumo de marihuana y fije reglas claras. Al mismo tiempo, tome en cuenta que los adolescentes necesitan flexibilidad, opciones e independencia.
Tener conversaciones frecuentes y honestas
Busque momentos para hablar sobre la marihuana con su hija o hijo de una manera tranquila y casual. La conversación puede tener como inicio algo que vean en las noticias, alguna tarea de la escuela, anuncios publicitarios, el consumo de marihuana en un programa de televisión o una película, u olerla en un lugar público.
En segundo lugar, prepárese para escuchar y comprender la perspectiva de su hija o hijo. Trate de evitar los sermones. Puede resultar útil iniciar la conversación con preguntas abiertas sobre la percepción de su hija o hijo sobre el consumo de marihuana. Algunas preguntas pueden ser: “¿Por qué crees que los chicos prueban la marihuana?” y “¿Qué sabes sobre los riesgos de consumir marihuana?”
Estas conversaciones tienen como objetivo reconocer el atractivo que tiene la marihuana y ayudarles a sopesar los riesgos frente a los beneficios percibidos. No intente asustarles exagerando los riesgos o amenazándoles para que no consuman. En lugar de eso, explíqueles que usted realmente está preocupado por su salud. Haga todo lo posible por tener estas conversaciones con frecuencia y, si puede, antes de que prueben la marihuana por primera vez. Si quiere conocer más sobre cómo hablar con sus hijos sobre la marihuana, lea este artículo.
Si hay antecedentes de adicción en la familia, eso aumenta el riesgo de que su hija o hijo desarrolle un problema con la marihuana. Como lo haría con cualquier enfermedad familiar, explique por qué debe tener más cuidado que otros de sus compañeros con el consumo de sustancias. Aprenda más sobre el papel que juegan los antecedentes familiares en las adicciones.
Enfóquese en la salud y no en los castigos
Cuando se descubre que una hija o hijo consume sustancias, las emociones pueden ser intensas. No se alarme y no pierda de vista los hechos. Es importante mantener abiertas las líneas de comunicación y mostrar su preocupación, pero evite las amenazas y los castigos. Si quiere aprender cómo iniciar conversaciones difíciles con una hija o hijo que consume sustancias, lea esta artículo.
Si su hija o hijo consumen marihuana, trate de entender por qué
Pregúntele a su hija o hijo por qué consume marihuana y trate de comprender su decisión. ¿Lo hace por presión social? ¿Curiosidad? ¿O es una forma de hacer frente al estrés, la ansiedad o la depresión? Sus respuestas pueden ayudarle a conocer sus motivaciones y ayudarle a que canalice sus inquietudes de maneras más seguras y saludables. También puede hacer preguntas como: ¿Qué es lo que te gusta de consumir marihuana? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué otras cosas o actividades te hacen sentir algo parecido?
También es importante cuestionar las percepciones de los jóvenes sobre lo que consideran “normal” sobre el consumo de marihuana. Muchos jóvenes (y padres) sobreestiman el número de adolescentes y jóvenes que consumen marihuana. Esto puede aumentar el riesgo de que los jóvenes consuman a fin de sentirse parte de un grupo. Si quiere aprender más sobre las razones por las que los jóvenes consumen sustancias, lea este artículo.
Dependiendo del nivel de consumo de marihuana de su hija o hijo, ofrecemos diferentes formas de obtener ayuda y apoyo.
Nuestro programa de mensajes de texto Ayuda y Esperanza puede ayudarle a alejar a su hija o hijo del consumo de marihuana y adoptar en cambio comportamientos más saludables.
Usted también puede aprender técnicas de comunicación que le ayuden a manejar los retos de educar a los hijos con nuestros cursos en video.
También puede participar en nuestras reuniones quincenales de la comunidad de apoyo en línea enfocada a padres y personas a cargo de niños, adolescentes y jóvenes. Ahí puede compartir con otros padres hispanos sus dudas, inquietudes y retos en un entorno seguro y respetuoso.
Además, nuestros especialistas bilingües de la línea de ayuda pueden brindarle orientación personalizada y ayudarle a entender cómo funciona el sistema de tratamientos si es necesario.
No entre en pánico ni sea demasiado duro consigo mismo
Los padres se enfrentan a muchas fuerzas contrarias cuando intentan prevenir el consumo de marihuana entre los adolescentes y jóvenes. Entre esas fuerzas se encuentran la presión de los compañeros, la influencia de los medios de comunicación, las iniciativas para despenalizar y legalizar la marihuana, y la tendencia natural de los jóvenes a experimentar y correr riesgos.
Con paciencia, amor y las intervenciones adecuadas, usted puede ayudar a su hija o hijo a comprender los peligros de la marihuana, evitar que desarrolle un problema y animarle a tomar decisiones más saludables.