Si acaba de descubrir que sus hijos usan drogas como nicotina, alcohol o alguna otra sustancia, intente tranquilizarse. Sabemos que esta situación provoca miedo y ansiedad, pero no se sienta solo. Nosotros estamos aquí para apoyarle. Con calma, prepárese para la importante conversación que se aproxima. Ofrecemos aquí algunos puntos que usted puede considerar para tener un diálogo positivo con su hija o hijo.
Todos conocemos el truco de los hijos de recurrir al otro de los padres cuando uno les dice que no. Por ello, es ideal que usted y cualquier otra persona con quien comparta las responsabilidades de crianza se pongan de acuerdo tras descubrir que sus hijos usan drogas antes de plantearles el tema.
Durante la conversación, su hija o hijo pueden preguntarle si alguna vez usted ha probado alguna droga. Hay formas de responder esa pregunta con honestidad y, al mismo tiempo, de mantener el énfasis en lo que usted quiere para su hija o hijo. Por ejemplo, usted podría explicar que fumó, bebió o probó alguna droga solo para sentirse aceptado, para luego darse cuenta de que esa nunca es una buena razón para hacer algo. Concéntrese en el hecho de que las sustancias afectan a todos de manera diferente. Su vida pudo no verse perjudicada por el consumo de sustancias, pero la realidad es que las drogas sí afectan la vida de muchas personas.
No permita que su respuesta se convierta en una justificación para el consumo de sustancias. Concéntrese en el problema en cuestión: mantener a su hija o hijo sano y seguro, y esto significa evitar el consumo de sustancias.
Es comprensible que usted tenga reservas acerca de husmear en la habitación de su hijo o hijo, o entre sus pertenencias. Pero recuerde que su principal responsabilidad es proteger su bienestar. Si encuentra evidencia del consumo de sustancias de su hija o hijo, intente anticipar las varias maneras en que podría negar su responsabilidad, como la excusa de que “lo estoy guardando para otra persona”. Incluso si su hija o hijo no se cierra al diálogo, es mejor que usted se prepare para una conversación que podría ser difícil.
Los escondites comunes incluyen:
Si usted cree que la conversación será incómoda para usted, imagine cómo se sentirá su hija o hijo. Así que prepárese para que le diga cosas que lo sorprendan, niegue incluso la evidencia más convincente, lo acuse de haber traicionado su confianza o de algo peor.
Prepárese para saber cómo va a enfrentar una reacción de enojo o resentimiento de su hija o hijo. Lea más sobre cómo puede tener una conversación, no una confrontación.
Las cosas resultarán mejor si usted sabe qué resultado desea tras esa conversación inicial con su hija o hijo. Lo mejor es mantener las expectativas bajas. Puede ser poco realista esperar que admita que consume sustancias y que se comprometa a dejar de hacerlo. Un objetivo más razonable, como hacerle saber simplemente que usted no quiere que consuma, puede ser suficiente.
Antes de iniciar la conversación, piense en las reglas que le gustaría establecer y cuáles serán las consecuencias de romperlas. Esto puede ayudar a aclarar el objetivo de su conversación y ayudarlo a establecer un próximo paso que sea claro. Lea más sobre como establecer límites y monitorear el comportamiento.
Es importante que su hija o hijo comprenda que un historial familiar de adicción le pone en mayor riesgo de padecer un trastorno por consumo de sustancias o adicción. Usted puede explicar que sus genes lo hace más vulnerable, lo que ofrece más razones para que evite las sustancias.