¿Qué Buscar y qué Evitar en un Tratamiento para la Adicción y el Consumo Problemático de Sustancias?


Por desgracia, los tratamientos para las adicciones y el consumo problemático de sustancias son vistos por algunas personas sin principios como una oportunidad para sacar dinero a las familias que necesitan ayuda. Algunos padres tienen hijos que han sido víctimas del sistema de intermediarios de pacientes. Esto es una red de estafas en que intermediarios reciben una comisión por enviar pacientes a centros de tratamiento específicos, que con frecuencia ofrecen tratamientos de baja calidad.

Incluso médicos o personal clínico con buenas intenciones pueden enviarlo a un sitio fraudulento simplemente porque los tratamientos para la adicción no son su especialidad. Conocer el sistema de tratamiento puede ser un proceso difícil. Pero si investiga, pide ayuda, entra en contacto con personas en una situación similar y hace las preguntas correctas, usted puede convertirse en el mejor aliado de su hija o hijo.

Lo ideal es que comience este proceso con un consejero o terapeuta para las adicciones que sea de confianza y no con una búsqueda en internet. A continuación, presentamos una guía para ayudarle con las preguntas que necesita hacer. De esa manera, usted podrá reconocer a los proveedores clínicos que no parezcan confiables para eliminarlos de su lista.

Qué debe buscar

A continuación, presentamos algunas señales que indican que un centro ofrece tratamientos de calidad:

La información para contactarlos se encuentra fácilmente, así como su dirección física. Debe ser como encontrar un restaurante. ¿Puede encontrar dónde están ubicados y cómo ponerse en contacto con una persona que en verdad trabaje ahí?

Su sitio de internet tiene fotos reales del personal que trabaja ahí, así como de sus instalaciones. Busque imágenes que muestren las instalaciones y a los trabajadores que ahí laboran, no solo imágenes genéricas que podrían ser de cualquier lugar.

Tienen acreditaciones. Es una buena señal si el centro de tratamiento tiene el llamado “sello de oro de la salud conductual” de la Comisión Conjunta de Acreditación del Tratamiento para las Adicciones (JCAHO, por sus siglas en inglés); o una certificación de la Comisión de Acreditación para las Instalaciones de Rehabilitación (CARF, por sus siglas en inglés).

Cuenta con personal de tiempo completo acreditado para dar terapia sobre adicciones y consumo problemático de sustancias. El personal de tiempo completo que ofrece terapias individuales o de grupo no debe contar solo con personas que estén en fase de recuperación sino con especialistas con credenciales profesionales, como maestrías o doctorados en salud conductual y consumo de sustancias o certificaciones en adicción

Entienden y están preparados para tratar otros trastornos que padezca su hija o hijo en caso de que sea necesario. Los programas de calidad tendrán un tratamiento para otros trastornos como parte de sus servicios. Esto quiere decir que pueden tratar al mismo tiempo problemas como ansiedad, déficit de atención, trauma, trastornos alimentarios, adicción por el juego de apuestas, entre otros. Estos servicios deben ir más allá de simplemente decirle a los pacientes que pueden llevar sus medicamentos recetados para otros problemas. El centro clínico debe ser capaz de hacer evaluaciones de salud mental, sugerir intervenciones apropiadas y recetar medicamentos si es necesario.

El programa es adecuado para el género, la orientación sexual y la edad de su hija o hijo. Las necesidades de un adolescente en desarrollo son muy diferentes a las de un joven o un adulto. De la misma manera, las experiencias de las mujeres jóvenes que han lidiado con el consumo de sustancias son diferentes a las de los jóvenes. Los mejores centros de tratamiento ofrecerán programas distintos a grupos que son diferentes en lugar de colocar a su hija o hijo en un programa único para todos.

Tratan la desintoxicación con medicamentos. La desintoxicación de alcohol y benzodiazepinas necesita supervisión médica para asegurar que los pacientes no tengan convulsiones. Por eso, asegúrese de que si un programa ofrece desintoxicación, también cuente con atención médica las 24 horas. El programa también debe ofrecer medicamentos para aliviar los síntomas específicos de la abstinencia como inquietud, náuseas, diarrea o insomnio.

Ofrecen tratamientos basados en la evidencia científica. Pregúnteles si enseñan habilidades para la vida y técnicas para controlar los impulsos de consumir sustancias, y si sus tratamientos tienen base en la evidencia médica, como:

Es importante saber si estos enfoques son la base de las terapias grupales e individuales ofrecidas por el proveedor clínico, y no solo conocimientos con el que están familiarizados uno o dos terapeutas del centro de tratamiento.

Entregan sin dificultad sus programas de cada día. Pida ver un calendario de programas para ver cómo se estructura cada día y cómo lo supervisan. Estos programas deben incluir:

Incluyen a la familia como parte del proceso. Los buenos tratamientos tendrán programas para que la familia participe como parte del proceso, más allá de las simples llamadas telefónicas. En general, la actividad para la familia incluye clases sobre los trastornos por consumo de sustancias, las conductas familiares y las maneras en que la familia puede apoyar la recuperación de su hija o hijo.

Tienen un proceso muy claro tanto para admitir como para dar de alta a los pacientes. Los mejores centros de tratamiento toman en serio la atención continua y ofrecen calendarios para que todas las citas de atención posterior a la salida de un paciente se programen antes de darle de alta. Algunos proveedores clínicos ofrecen un mentor, que puede ser alguien en un grupo de 12 pasos, como Alcohólicos o Narcóticos Anónimos, o un ex paciente del centro de tratamiento. También puede que continúen comunicándose con usted para preguntar sobre los avances de su hija o hijo.

Son muy claros y directos sobre los costos. No debe haber sorpresas. Los buenos programas serán muy directos sobre los deducibles del seguro, copagos y otros gastos que usted deba hacer (como dinero para imprevistos, alimentos, actividades recreativas, entre otros). Asegúrese de preguntar también sobre qué tan frecuentes y cuánto cuestan los exámenes de orina y cualquier otra prueba.

Tienen una política para no pagar comisiones (que en realidad son sobornos) por aceptar personas referidas. Los programas de calidad no pagarán por los pacientes que sean referidos a sus programas ni tampoco harán uso de intermediarios de pacientes.

En muchos casos, ofrecen descuentos, cobros dependiendo de sus ingresos o becas para personas que no tienen seguro o la capacidad para pagar el monto total del programa. Por lo general, le pedirán su información financiera para tomar una decisión.

 

Focos rojos

Es también importante que sepa reconocer de inmediato los “focos rojos” o las señales de advertencia de que algunos centros de tratamiento pueden estar más interesados en su dinero que en ayudar a su hija o hijo:

En el sitio de internet del centro de tratamiento es difícil encontrar una dirección física o hablar con alguien que esté presente en las instalaciones. Muchos sitios de internet cuentan con números 1-800, que pueden no conectarlo con el centro de tratamiento. Más bien, estos son servicios de referencias que reciben dinero por llevar pacientes a los centros de tratamiento. Además, algunos de estos sitios de internet utilizan nombres similares a los de centros de tratamiento reconocidos, por lo que es fácil creer que se ha contactado a un centro de confianza aunque ese no sea el caso.

Se ven muchas fotografías de archivo y hermosos paisajes. Los sitios de internet pueden presentar atractivas escenas de playa, vistas de montaña e imágenes de spas para que las personas no se den cuenta de que no tienen imágenes reales de las instalaciones.

Sus únicos empleados son personas en recuperación. Es cierto que las personas que han pasado a la fase de recuperación pueden ser un apoyo importante para su hija o hijo en el camino a su propia recuperación, pero de ninguna manera deben ser el único personal. Debe haber médicos profesionales acreditados como terapeutas expertos en adicciones y consumo problemático de sustancias que ofrezcan tratamientos basados en la evidencia clínica.

Sus tratamientos son generales, iguales para todos los pacientes. Su hija o hijo no debe ser puesto en un grupo grande y variado (que incluya adultos mayores, por ejemplo), ni su tratamiento debe estar basado en un tipo único de programa. El tratamiento debe ser adecuado a sus necesidades. Los programas de 12 pasos son útiles para muchos durante el tratamiento, pero estos no deben ser lo único que contenga el programa de tratamiento.

Ponen demasiado énfasis en el “ambiente” de las instalaciones y sus comodidades. Es cierto que los televisores de pantalla grande, las habitaciones privadas y las albercas son buenas comodidades, pero no son un tratamiento para la adicción o el consumo problemático de sustancias. Tenga cuidado con los centros de tratamiento que pasan más tiempo hablando de las instalaciones que de sus servicios clínicos.

No tienen un programa completo de actividades del día a día, o no le permiten verlo. Los buenos programas tendrán mucha estructura para programar sesiones de terapia, actividades recreativas y responsabilidades. Si pregunta y solo le explican los detalles de manera verbal o le dicen que su hija o hijo debe estar inscrito en el programa antes de ver el calendario de actividades, tenga cuidado.

No tienen muchas opciones para la participación de la familia. Si la “participación de la familia” para este programa es una simple llamada telefónica o visita única, es probable que no sea un programa de calidad. Los buenos programas saben que el papel de la familia es clave para la recuperación.

No son claros sobre el proceso de salida o para dar de alta. Una de las partes más importantes del tratamiento es tener un plan para la atención continua cuando su hija o hijo salga del centro de tratamiento. Tenga cuidado si todos los pacientes del centro son dados de alta en los mismos centros para personas en sobriedad o programas ambulatorios intensivos. Los buenos proveedores clínicos cuentan con personal para ofrecer una atención posterior de calidad y con una clara estructura, lo que incluye asegurarse de que los programas y los profesionales que recomiendan son igualmente serios.

Su política es dar de baja a su hija o hijo sin ningún tipo de apoyo si recae mientras está en tratamiento. Los programas deben diseñarse para mantener seguros a todos los participantes, por lo que es clave tratar el uso de sustancias durante el tratamiento. Expulsar a alguien que recae sin ningún tipo de apoyo puede ser peligroso. Los programas de calidad cuentan con procedimientos para tratar las recaídas, que pueden incluir enviar a la persona a un centro de desintoxicación durante unos días o transferirla a otro programa.

Son muy poco claros sobre los costos. Los lugares de menor reputación le asegurarán que sus costos son bajos y que incluyen todo, aunque cuando llegue su hija o hijo, le informarán que su seguro no cubrirá ciertos gastos o que tiene que hacer un pago del que no habían hablado. Esto sucede en especial con las pruebas de laboratorio, incluidas las pruebas de orina, pero también sucede con alimentos y actividades recreativas, entre otras cosas. En general, los programas residenciales solicitarán una prueba de drogas al momento de la admisión o después de que el participante pase periodos prolongados fuera de las instalaciones. En los programas para pacientes ambulatorios, las pruebas se hacen al azar, generalmente una o dos veces por semana.

Ofrecen encontrar un seguro de salud o que no cobrarán deducibles. En algunos casos, las instalaciones poco éticas ofrecerán “inscribirlo en un seguro” o que no le cobrarán el copago o al menos una parte. Una vez que su hija o hijo esté en tratamiento, es posible que le cobren el tratamiento completo aunque usted haya creído que estaría cubierto por el nuevo seguro de su hija o hijo.

Ofrecen pagar vuelos de avión y hoteles para llevar a su hijo al tratamiento. Utilizando intermediarios para atraer pacientes, los centros de menor reputación pueden ofrecer incentivos como vuelos gratuitos, hoteles, masajes, entre otros beneficios, para que su hija o hijo reciba tratamiento. En la mayoría de los casos, es ilegal ofrecer vuelos para llevar a una persona a un centro de tratamiento.

Ofrecen pagar por una vivienda para personas en recuperación, sin ningún costo extra. Esta clase de promesas, que suenan demasiado buenas como para ser ciertas, probablemente no sean ciertas.

Ofrecen alojamiento en un departamento u hotel cercano. Así, es difícil que las instalaciones puedan supervisar a los pacientes con la frecuencia necesaria. Con escasa supervisión, los pacientes podrían verse tentados a participar en conductas de riesgo en lugar de centrarse en su recuperación.

Hablan de “curar” a su hija o hijo, especialmente en poco tiempo. Sobrellevar la adicción o el consumo problemático de sustancias es un proceso que en general está presente durante toda la vida. No es algo que se pueda “arreglar” mágicamente en poco tiempo. Por atractivas que parezcan, las promesas de desintoxicación rápida y recuperación instantánea no son realistas y, claramente, son falsas. Tenga mucho cuidado con promesas como estas.

Afirman que tienen “altas tasas de éxito”. Debido a que cada situación individual es diferente, y a que las recaídas son muy comunes en el consumo de sustancias, las “tasas de éxito” no tienen mucho valor, especialmente si se presentan como una manera de atraer pacientes.

Conclusión

Mucha de la información sobre los programas de tratamiento se basa en descripciones y no tanto en cifras o porcentajes, por lo que puede ser difícil tener una idea clara sobre un programa. Confíe en su instinto como padre. ¿Los centros de tratamiento le causan una buena impresión? ¿Se “sienten bien”? ¿Solo le están diciendo lo que quiere escuchar, ya que le urge que su hija o hijo reciba tratamiento lo antes posible? ¿Son accesibles y aclaran sus dudas con paciencia? Use estas preguntas como guía, así como su propio juicio, para proteger a su hija o hijo y para ayudarle a obtener un tratamiento que sea seguro, verdaderamente positivo para su salud y que le apoye en su camino hacia la recuperación.