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    Alcohol: lo que las Familias Necesitan Saber para Ayudar a Cuidar a los Jóvenes

    En esta guía, le explicamos los riesgos de que las niñas, niños y jóvenes consuman alcohol, por qué les llama la atención y lo que usted puede hacer para protegerlos.

    Como padres y personas a cargo de menores de edad y jóvenes queremos hacer todo lo posible para proteger a nuestros niñas, niños y adolescentes. Por eso, nos preocupa que el alcohol pueda afectar su salud y su bienestar. Le tenemos buenas noticias. Para su hija o hijo, usted es la mayor influencia y también su mejor defensor. Esta guía contiene información útil tanto si su hija o hijo aún no ha probado el alcohol, ya ha empezado a beber o bebe de manera regular.

    Uno de cada tres jóvenes (34%) en Estados Unidos de entre 12 y 20 años declaró haber bebido alcohol en 2019. De ese porcentaje, 21% tenía entre 12 y 17 años.1

    Los datos sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes

    El alcohol es la sustancia que más consumen los adolescentes y los jóvenes, lo que provoca serios riesgos para su salud y seguridad. Aunque los jóvenes en general beben con menos frecuencia que los adultos, cuando lo hacen, suelen beber más o con más intensidad que el adulto promedio.[2] Esto se debe a que los jóvenes beben más del 90% por ciento del alcohol que consumen durante consumos excesivos de alcohol.[3]

    La buena noticia es que el número de adolescentes que beben ha disminuido en las últimas décadas.[4] Sin embargo, es importante que los padres y personas a cargo de jóvenes y adolescentes estén informados y aprendan sobre el consumo de alcohol a esas edades. Esto es importante si tenemos en cuenta las consecuencias del consumo de alcohol entre los jóvenes: mal juicio, manejar en estado de ebriedad, accidentes o intoxicación alcohólica, así como adicción y daños al cerebro en desarrollo.

    Mucha gente opina que el consumo de alcohol entre los jóvenes es normal, pero la mayoría de los jóvenes no beben. En una encuesta nacional entre casi 50,000 adolescentes, 41% de los estudiantes de último año de preparatoria dijo que nunca había bebido, y 70% dijo que no había bebido durante el mes anterior a la encuesta.[5] De hecho, los jóvenes de ahora beben menos alcohol y participan en menos actividades donde se bebe alcohol en exceso que en décadas anteriores.[6]

    Si a usted le preocupa que su hija o hijo no entienda que el alcohol es peligroso, es porque muchos adolescentes no parecen saber que beber tiene riesgos. Tres cuartas partes de los alumnos de 12º grado (de unos 18 años de edad) afirman que no ven un gran riesgo en tomar casi a diario una o dos copas.[7] Otra encuesta nacional reveló que 9% de los adolescentes no se preocuparía pese a que una amiga o amigo bebiera con frecuencia.[8]

    ¿Cuándo se considera que se consume alcohol de manera excesiva[9] Para las mujeres, consumir alcohol de manera excesiva, que algunas personas identifican como una borrachera, sucede cuando beben cuatro o más bebidas en dos horas. Para los hombres, la cantidad se eleva a cinco o más bebidas en dos horas.

    ¿Cuánto es una copa?[10] Una “copa” son 5 onzas de vino (148 mililitros), 12 onzas de cerveza (355 mililitros) o 1.5 onzas de alcohol fuerte o licor (44 mililitros).

    El 11% por ciento de los jóvenes de 12 a 20 años declaró haber bebido en exceso o haberse emborrachado en los 30 días anteriores.[11] El 5% tenía entre 12 y 17 años.[12] Al cumplir 18 años, más de la mitad de los adolescentes (58%) ya ha tomado una bebida alcohólica.[13] El 25% ya ha tomado alcohol cuando cumple 15 años.[14]

    ¿Por qué los jóvenes beben alcohol?

    Independientemente de que un joven beba “para sentirse bien” o “para sentirse mejor”, el ambiente en el que crece marca sus creencias y su conducta frente al alcohol.

    “Porque mis amigos lo hacen”. “Es una parte normal de la vida social”. “Me ayuda a sentirme con menos ansiedad o depresión”. “Mis padres están de acuerdo”.

    Influencia de los compañeros

    A veces los amigos se presionan unos a otros a tomar, aunque también es común que los jóvenes comiencen a beber simplemente porque pueden conseguir bebidas alcohólicas con facilidad. Para ellos, beber puede ser una experiencia normal de la adolescencia o juventud si ven que sus amigos o hermanos mayores toman. Los medios de comunicación y entretenimiento refuerzan esta idea. Además, los anuncios comerciales presentan las bebidas de manera glamorosa para atraer a más personas a tomar y rara vez muestran los peligros de la bebida.

    Salud mental y estrés

    Tomar alcohol puede verse como una forma de automedicación entre personas con sentimientos, pensamientos o emociones que los hacen sentir infelices o incómodos. Muchas de estas personas lidian con depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental y, con frecuencia, no son atendidos de manera adecuada. Si las niñas o niños se sienten estresados, pueden también recurrir al alcohol en su intento de sentirse mejor.

    Los jóvenes hispanos pueden ser afectados de una manera particular por el alcohol. Aunque los hispanos de entre 12 y 21 años de edad consumen menos alcohol que el promedio de los estadunidenses de esas edades, según encuestas del gobierno federal, otros informes han encontrado que los hispanos de 8º y 10º grados (entre los 13 y 15 años de edad, aproximadamente) son el grupo racial o étnico más propenso a consumir alcohol y a consumir alcohol en exceso.[15] Entre este grupo de estudiantes, los hispanos nacidos en Estados Unidos aparentemente consumen más alcohol que los que emigraron a territorio estadunidense.[16]

    El estrés que sufren los hispanos por ser considerados una minoría en Estados Unidos puede ser una de las explicaciones por las que muchas niñas, niños y adolescentes hispanos deciden beber.[17]

    El proceso de adaptación a la cultura de Estados Unidos y sentirse discriminados también pueden aumentar el riesgo de consumo de alcohol entre los adolescentes hispanos recientemente inmigrados. [18] Por esto, es importante que hable con su hija o hijo de manera frecuente sobre los sentimientos que tiene sobre su vida en Estados Unidos y sobre su experiencia en un país donde los hispanos son una minoría.

    El alcohol en general reduce inhibiciones, lo que lo convierte en una tentación para una persona joven que quiere poner a prueba los límites o sentirse más segura en situaciones sociales.

    Los padres y el alcohol

    La manera en que los padres se comportan frente al alcohol tiene un efecto importante en las actitudes y conductas de sus hijas e hijos. Las hijas e hijos de padres que son más permisivos con el consumo de alcohol de los jóvenes —que permiten que sus hijas o hijos beban en algunas ocasiones, que no controlan el alcohol que tienen en casa o que hablan de tomar como una forma de relajarse o divertirse— son más propensos a beber y a beber en exceso que las hijas e hijos de padres más estrictos y cautelosos, según varios estudios.[19] Cuando los padres permiten que los adolescentes beban con ellos u organizan fiestas para las niñas, niños y adolescentes en que se sirve o permite el alcohol, se comunica el mensaje de que está bien que los menores de edad beban. Esto aumenta el riesgo de que los menores beban con mayor frecuencia o intensidad.

    ¿Por qué preocuparse de que los jóvenes consuman alcohol?

    El consumo de alcohol a una edad temprana puede poner en riesgo a los jóvenes y afectar su salud, ahora y en el futuro.

    Desarrollo del cerebro

    El cerebro humano no se desarrolla completamente hasta la edad adulta, por lo general a mediados o finales de los veinte años. El cerebro se desarrolla rápidamente en la adolescencia y la juventud, especialmente las partes del cerebro responsables de las decisiones y los juicios. Beber puede interferir en este desarrollo.

    Manejar en estado de ebriedad

    Esta es una de las preocupaciones más comunes cuando los jóvenes toman. Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte entre los jóvenes, que tienen más probabilidades que los adultos de morir en un accidente relacionado con el alcohol.[20]

    Uno de cada cinco conductores adolescentes implicados en accidentes mortales en 2016 estaba tomado.[21]

    Conductas de riesgo

    Cuando beben, es más probable que los jóvenes tomen malas decisiones y que elijan cosas que van a afectar su salud. Eso incluye las conductas sexuales de riesgo, ya que el alcohol también afecta las partes del cerebro a cargo del autocontrol.

    Salud física

    Si sus hijas e hijos son adolescentes o jóvenes es difícil imaginar que el alcohol pueda afectar su salud física, pero los jóvenes que beben tienen mayor riesgo de padecer enfermedades del hígado. El consumo de alcohol durante o antes de la pubertad puede también dañar las hormonas, interferir en el desarrollo físico saludable y provocar problemas crónicos de salud.

    Salud mental

    El alcohol hace más lento al sistema nervioso. Beber para calmar la ansiedad u otros problemas de salud mental puede parecer que de momento ayuda, pero los síntomas suelen empeorar al paso del tiempo cuando se sigue tomando.

    El consumo de alcohol juega un papel importante en el suicidio juvenil.[22]

    Tomar puede causar intoxicaciones y otros daños

    Por desgracia, una mayor proporción de accidentes de tráfico, homicidios, intoxicaciones por alcohol, caídas, quemaduras, ahogamientos y suicidios están asociados al consumo de alcohol de parte de jóvenes. Consumir alcohol en exceso puede traducirse en una cantidad tan grande de alcohol en la sangre que las partes del cerebro que controlan las funciones vitales básicas, como la respiración, el ritmo cardíaco y la temperatura, comienzan a apagarse, lo que provoca síntomas graves y, en algunos casos, la muerte.

    Sepa cómo reconocer una intoxicación con alcohol

    Es importante saber qué hacer en caso de que un joven sufra de una intoxicación alcohólica y enseñarle cómo ayudar a una amiga o amigo. Reconocer los siguientes signos y síntomas puede salvar una vida:

    • Confusión mental
    • Falta de respuesta
    • Ronquidos/jadeos
    • Vómitos
    • Hipotermia
    • Respiración irregular
    • Pérdida de la consciencia
    • Palidez/tonalidad azulosa en la piel

    Si nota que un joven está intoxicado con alcohol, aunque no vea todos los síntomas, busque atención médica inmediatamente. Si la persona está consciente, llame al Centro de Control de Intoxicaciones (800) 222-1222. Si no responde, llame al 911 para pedir servicios de emergencia. Mientras espera la ayuda, recueste a la persona de lado para que no se ahogue con su propio vómito. Prepárese para aplicar reanimación cardiorrespiratoria (CPR en inglés) en caso de que sea necesario, y nunca deje sola a la persona. Cuando es muy grave, la intoxicación por alcohol puede provocar la muerte.

    Infórmese sobre la llamada Ley del Buen Samaritano en el estado donde vive. Aunque los estados tienen diferentes versiones de esta ley, su objetivo general es proteger a las personas que intentan ayudar a alguien que ha consumido sustancias ilegales y se encuentra en apuros[23] Algunas leyes del Buen Samaritano protegen a los menores de edad que beben, por lo que un joven que está bebiendo no tendrá problemas legales por llamar al 911 para pedir ayuda para alguien que pueda estar sufriendo una intoxicación alcohólica. Tampoco el menor de edad que necesite ayuda tendrá problemas legales. No todas las leyes estatales del Buen Samaritano son iguales, por lo que vale la pena conocer la ley de su estado. Independientemente de que la ley de su estado incluya a menores de edad, deje claro a su hija o hijo que la prioridad en una situación de peligro es proteger su salud y la de los demás, sin importar las consecuencias legales.

    No es raro que los adolescentes y los adultos jóvenes beban y al mismo tiempo consuman marihuana u otras sustancias. Mezclar alcohol con otras sustancias, como los medicamentos de receta o la marihuana, es muy peligroso y puede ser mortal. Puede causar náuseas y vómitos, dolores de cabeza, sueño, desmayos, pérdida de coordinación, hemorragias internas, problemas cardíacos y dificultades para respirar.

    Usar otras sustancias mientras se bebe, también puede hacer que alguien pierda la cuenta del alcohol que ha tomado, lo que aumenta el riesgo de intoxicación alcohólica. Además, el consumo de alcohol puede alterar la capacidad de razonar y la memoria. Esto puede hacer que un adolescente olvide cuánto ha consumido de cierta sustancia, lo que aumenta el riesgo de consecuencias graves, incluyendo la sobredosis o la muerte.

    La marihuana, en concreto, puede impedir que una persona vomite. Esto aumenta el riesgo de intoxicación por alcohol si alguien ha bebido mucho y ha usado marihuana. Muchos jóvenes no reconocen este peligro. Pueden beber alcohol para controlar o elevar los efectos de otras sustancias, lo que muchas veces tiene terribles consecuencias.

    Lo que debe saber sobre la cantidad de alcohol en la sangre

    Cuanto más se bebe, mayor es la cantidad de alcohol en la sangre o alcoholemia (BAC, por sus siglas en inglés). Esto aumenta el riesgo de sufrir una intoxicación por alcohol y disminuye la capacidad física y mental, por lo que conducir un vehículo es muy arriesgado. El nivel de alcoholemia representa el porcentaje de la sangre que contiene alcohol. Por ejemplo, una concentración de 0.10 significa 0.1% de alcohol en la sangre de la persona. El nivel legal de alcoholemia para los adultos en casi todos los estados es de 0.08. Para menores de edad, cualquier cantidad medible por encima de cero, como 0.01 o 0.02, es ilegal.

    Hay muchas ideas equivocadas sobre cómo “bajar la borrachera” para reducir el nivel de alcoholemia, como darse un baño con agua fría, tomar café o comer, pero nada de esto funciona. Los efectos del alcohol sólo desaparecen con el tiempo. Asegúrese de que su hijo lo sepa para que no piense de manera equivocada que puede conducir con seguridad o hacer cualquier otra cosa que requiera coordinación física o atención después de beber alcohol.

    Si sube el alcohol en la sangre, baja la capacidad física y mental

    • Peligro de muerte (0.31-0.45%)

      • Se pierde el conocimiento
      • Peligro de muerte por intoxicación por alcohol
      • Riesgo alto de muerte en la mayoría de los bebedores debido a que se detienen las funciones vitales

    • Deterioro grave (0.16-0.30%)

      • El habla, la memoria, la coordinación, la atención, el tiempo de reacción y el equilibrio se ven gravemente disminuidos
      • Todas las habilidades necesarias para manejar un vehículo están peligrosamente afectadas
      • Desvanecimientos o desmayos (amnesia)
      • Vómito y otros signos comunes de intoxicación con alcohol
      • Se pierde el conocimiento
    • Deterioro elevado (0.06-0.15%)

      • Los efectos del alcohol que son percibidos como positivos, como la relajación, dan paso a una intoxicación en aumento
      • Crece el riesgo de agresividad en algunas personas
      • El habla, la memoria, la atención, la coordinación y el equilibrio se deterioran más
      • Disminución seria de todas las habilidades necesarias para conducir un vehículo
      • Aumenta el riesgo de que alguien se cause daño a sí mismo y a los demás
      • Disminución moderada de la memoria

    • Deterioro inicial (0.0-0.05%)

      • La capacidad de hablar, la memoria, la atención, la coordinación y el equilibrio comienzan a ser afectados
      • Efectos percibidos como positivos, como relajación
      • Puede comenzar la somnolencia o ganas de dormir

    Trastornos por consumo de sustancias

    Es importante entender mejor el consumo de alcohol entre los jóvenes para prevenir el riesgo de adicción. Las personas que empiezan a beber durante la adolescencia tienen muchas más probabilidades de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol u otras sustancias (una adicción) que las personas que empiezan a beber a los 21 años o más tarde.[24] Cuanto más joven empiece a beber una persona, más probable será que tenga problemas con la bebida en el futuro.[25]

    Genética y biología

    Las personas que tienen familiares que han desarrollado trastornos por consumir alcohol tienen casi cuatro veces más riesgo de desarrollar también un trastorno por consumo de alcohol.  La genética juega un papel en estos trastornos, aunque es un papel menor. Cuando una persona decide consumir alcohol tiene más peso la influencia de los compañeros o la conducta de los padres frente al alcohol que la historia familiar. Pero tenga en cuenta que la genética eleva el riesgo de que el consumo de alcohol pueda convertirse en adicción.[26]

    Las personas que empiezan a beber desde muy jóvenes tienen 5 veces más probabilidades de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol que los que esperan hasta los 21 años.

      Fuente: datos de 2018 de la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud

    ¿Qué toman los jóvenes?

    Con frecuencia, los jóvenes deciden beber una cierta marca o una clase de bebida alcohólica por influencia de la publicidad, así como por el precio (cuanto más barato, mejor), la facilidad para conseguirla y los sabores, ya que muchos prefieren los sabores dulces que disminuyen el gusto a alcohol.

    Algunos jóvenes también consumen alcohol de formas menos tradicionales. Algunas de estas bebidas, en envases que parecen sodas, pueden ser más discretas que las bebidas alcohólicas tradicionales y, por lo tanto, más fáciles de ocultar a los adultos.

    • Bebidas saborizadas
      Bebidas carbonatadas como las sodas o a base de malta como las cervezas. Estos productos suelen ser dulces y pueden ser parecidos a las sodas o las bebidas energéticas. Tienen un alto contenido de alcohol, pero no parecen ni saben a alcohol. Se promocionan como con menos calorías que la cerveza.
    • Alcohol comestible
      Aunque el ejemplo más familiar puede ser los “tragos” o shots de gelatina, a los niños también les llaman la atención las gomitas de ron o “rummy bears” y las frutas remojadas en alcohol.
    • Vapear alcohol
      Inhalar o fumar los vapores del alcohol es peligroso porque de esa manera el alcohol no pasa por el estómago o el hígado y no se metaboliza. Eso aumenta la rapidez con la que alguien se embriaga y el riesgo de intoxicación por alcohol.
    • Alcohol en polvo
      Autoridades estatales prohibieron la venta de estos productos debido al riesgo que existe de usarlos en exceso y porque los niños podían conseguirlos y consumirlos sin ser descubiertos.

    Hay otras formas no tradicionales y peligrosas de consumir alcohol. Por ejemplo, se ha reportado que algunas mujeres jóvenes empapan los tampones en alcohol antes de ponérselos, sobre todo para evitar las calorías asociadas al consumo de alcohol, lo que puede dañar la vagina y aumentar el riesgo de envenenamiento de la sangre o septicemia.[27] Los enemas de alcohol (introducción anal de materiales empapados de alcohol o butt chugging) también son muy peligrosos, y en muchas ocasiones provocan que la persona deba ser hospitalizada.[28] También se ha reportado que personas consumen alcohol inhalándolo o mediante aerosoles de alcohol. Hasta ahora hay poca información sobre cuánto alcohol en realidad se consume de estas maneras no tradicionales, aunque al menos un estudio sugiere que no se usan mucho.[29]

    ¿Qué puede hacer para cuidar a su hija o hijo?

    Ya que ha leído sobre las razones por las que las niñas y niños beben, y sobre los riesgos asociados al consumo de alcohol, usted seguramente se pregunta qué puede hacer para cuidar a su hija o hijo, tomando en cuenta que vivimos en una cultura que promueve el consumo de alcohol. A pesar de lo que muchos padres creen y sienten, usted tiene una gran influencia sobre sus hijas e hijos y sobre su consumo de alcohol. De hecho, los propios menores han dicho que sus padres tienen la mayor influencia sobre sus actitudes y su conducta frente al consumo de sustancias.

    Le presentamos los datos

    Haga todo lo posible para estar bien informado sobre cómo, dónde, cuándo y por qué los jóvenes consumen alcohol. Esto ayudará a que sus hijas e hijos lo vean como una fuente de información creíble y honesta, y que no recurran a fuentes de información menos confiable como los amigos o las redes sociales. Use la información incluida en esta guía, así como otros de nuestros materiales y los de otras organizaciones respetadas, y trate de aprender cuanto pueda.

    La mayoría de las niñas y niños, afortunadamente, están muy conscientes de los riesgos de consumir alcohol y manejar un vehículo, y han entendido este mensaje, según investigaciones. Pero los peligros del consumo de alcohol entre los jóvenes van más allá de consumir alcohol y manejar, por lo que usted debe ser consciente de otros riesgos y hablar con sus hijas e hijos sobre esos temas.

    Converse con sus hijas e hijos sinceramente y con frecuencia

    Busque oportunidades para hablar sobre la bebida con su hija o hijo. Hágalo de forma tranquila y razonable. Si lo piensa, hay muchas maneras de iniciar esta conversación: luego de ver o leer ciertas noticias o anuncios publicitarios, tras una clase en la escuela, cuando alguien bebe en la televisión o al pasar frente a un bar. Prepárese para escuchar y evite los sermones. Asegúrese de enfocarse en la salud y la seguridad de su hija o hijo y no mencione amenazas ni castigos. Conozca los puntos de vista de su hija o hijo, reconozca que es posible que el alcohol le llame la atención y ayúdele a ver los riesgos en comparación con los beneficios que pueda ver en la bebida. Responda sus preguntas con información confiable, precisa y con bases científicas, en lugar de asustarles. Converse lo más que pueda sobre estos temas. Hágalo de manera calmada y antes de que sus hija o hijo sienta curiosidad por probar la bebida.

    Una familia con una historia de consumo problemático de alcohol o de adicción aumenta el riesgo de que su hija o hijo tenga también un problema con el alcohol. Sea consciente y hable con su hija o hijo de este riesgo, igual que si se tratara de una enfermedad de la familia. Así, ellos sabrán que deben tener más cuidado con el consumo de alcohol que los amigos o compañeros que pueden no tener una historia familiar de problemas con el alcohol.

    ¿Es bueno enseñar a los menores a beber con moderación?

    Algunos padres o personas a cargo de niñas, niños y adolescentes creen que es mejor enseñar a los menores a beber de forma responsable o con moderación que tener reglas claras contra el consumo de alcohol antes de la edad adulta. Muchos piensan que, mientras su hija o hijo no beba y conduzca, es de esperar que consuma algo de alcohol antes de cumplir 21 años y que esto no es muy preocupante. Estas creencias son comprensibles, pero cada vez más investigaciones apuntan a las consecuencias negativas del consumo de alcohol antes de la edad adulta. Varios estudios han demostrado que las niñas y niños con padres que les permiten beber antes de cumplir 21 años son, en promedio, más propensos a correr más riesgos cuando beben y a tener más adelante problemas relacionados con el alcohol que las niñas y niños de padres que no permiten la bebida antes de la edad adulta.[30]

    Trate de entender por qué

    La mayoría de las niñas y niños empiezan a beber por curiosidad, o porque amigos y familiares beben, creen que beber los hace parecer interesantes o quieren ser aceptados. Con el tiempo, beber puede convertirse en un hábito. Las niñas y niños pueden beber para lidiar con otras necesidades, como cuando se sienten aburridos o estresados, sufren problemas de salud mental o para sobrellevar las presiones sociales. En los casos más graves, algunos jóvenes desarrollan una adicción al alcohol y siguen bebiendo para evitar el síndrome de abstinencia.

    Algunas buenas maneras para iniciar la conversación pueden ser: ¿Qué opinas cuando ves fotos en las redes sociales de amigos bebiendo? o ¿Por qué crees que las películas parecen mostrar el lado divertido de beber, pero casi nunca el lado negativo?

    Si sabe que su hijo bebe, es bueno entender por qué lo hace. Pare ello, puede hacer preguntas como: ¿Qué te gusta de tomar o cómo te sientes cuando tomas? Las respuestas a estas preguntas pueden mostrarle que su hijo tiene necesidades que pueden ser tratadas de forma más saludable. También es importante cuestionar a los jóvenes sobre lo que ellos piensan que es “normal” sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes. Los jóvenes generalmente exageran la cantidad de alcohol que beben sus compañeros, según estudios. Esto aumenta el riesgo de que beban para “ser normales” o igual que sus compañeros.

    Comunique lo que espera

    Sea claro, y si decide imponer castigos asegúrese de cumplirlos y de que que éstos no sean demasiado severos o duren demasiado. Al mismo tiempo, trate de impulsar y recompensar las decisiones más saludables. Asegúrese de que su hija o hijo tenga otras formas de divertirse, sentirse bien y ser aceptado, así como de reducir el estrés, la ansiedad o la depresión.

    Exprese lo que espera y ponga reglas claras para cuando su hija o hijo salga con amigos. Esto incluye formas de comunicación frecuente para preguntar cómo están a fin de que su hija o hijo tenga presente su voz e influencia. Si su hija o hijo está en una situación en que le ofrecen una bebida o se siente inseguro, asegúrese de que sepa que usted lo va a apoyar. Ayúdele a salir de esa situación y a volver a la seguridad sin regañarle, sermonearle o castigarle.

    Si su hija o hijo está tomado, hable más tarde y con tranquilidad sobre lo que sucedió. Haga todo lo posible por entender cómo es que terminó en esa situación, cómo reaccionó y cómo podría actuar de forma diferente y más eficaz si volviera a suceder.

    Los jóvenes pueden conseguir alcohol comprando identificaciones falsas o pagando a compañeros mayores o adultos para que les compren alcohol. Hable de antemano con su hija o hijo sobre estas prácticas. Explíqueles que son ilegales y que espera que ellos no participen en este tipo de conductas. Aclare cuáles podrían ser las consecuencias si rompe las reglas.

    Prepare a su hija o hijo para situaciones en que haya alcohol

    Muchos padres imaginan que los compañeros de su hija o hijo los presionan directamente para que tomen. En realidad, es más común que las niñas y niños se encuentren en situaciones en que otros están bebiendo. Así, pueden elegir beber para ser aceptados y evitar el acoso de los compañeros o las presiones.

    Ayude a preparar a su hija o hijo para cada tipo de situación. Por ejemplo, cuando compañeros les inviten a pasar la noche en sus casas cuando los padres no están o no los están cuidando, o para una fiesta u otras reuniones sociales. Ayúdele a practicar técnicas de resistencia que pueda usar en una situación social real. Puede preguntar: ¿Qué dirías si alguien te ofreciera una bebida? para conocer de qué manera su hija o hijo enfrentará esa situación. Practicar respuestas como: No, gracias, no me interesa, dicho mientras se mira directamente a los ojos y con seguridad, puede ayudar a su hija o hijo a estar preparado. Permita que le usen como excusa para salir de una situación complicada. Algunas familias desarrollan un sistema de señales. Esto es cuando su hija o hijo le envían un mensaje de texto con una sola palabra o un símbolo para decirle que vaya a recogerlo de la fiesta y le dé una excusa para irse.

    Supervise el acceso al alcohol dentro y fuera de casa

    En la casa, guarde el alcohol bajo llave, fuera de la vista y el alcance de las niñas y niños. Sepa siempre cuántas botellas de bebidas alcohólicas tiene para notar si desaparecen.

    Supervise cualquier reunión social en su casa para estar seguro de que los menores de edad no toman alcohol, y asegúrese de que los adolescentes conocen las normas antes de organizar o participar en reuniones. Algunas maneras de evitar que los amigos lleven alcohol a su casa incluye pedirles que dejen sus bolsas en la puerta y prohibirles que lleven bebidas de cualquier tipo, ya que éstas pueden parecer botellas de agua o latas de refresco que en realidad pueden tener alcohol. Hágase presente y aparezca de forma regular para ofrecer botanas o conversar con los invitados. Recuerde que es su casa y que es más importante la responsabilidad de velar por la seguridad de su hija o hijo y sus amigos que el derecho de ellos a la privacidad.

    Conozca cuáles son las responsabilidades que tienen los anfitriones ante la ley de su estado y las consecuencias legales que usted tendría en caso de que menores de edad beban en su casa.

    Para reducir el riesgo de que su hija o hijo beba en casa de otra persona, póngase en contacto con los padres de sus amigos para conocer cuáles son sus reglas, cómo van a supervisar una reunión y qué opinan sobre el consumo de alcohol entre jóvenes. Dígales que espera que los menores de edad no consuman alcohol. Aunque pueda ser incómodo, usted tiene derecho a decidir si permite a su hija o hijo relacionarse con compañeros de familias con opiniones y conductas frente al alcohol que pongan en peligro su salud y seguridad.

    Dé un ejemplo saludable

    Si usted bebe, intente dar un ejemplo de conducta responsable. Evite sugerir que el alcohol es necesario para relajarse, divertirse o bajar el estrés. En lugar de eso, practique formas más sanas de reducir el estrés, y de divertirse, como dar un paseo en bicicleta u organizar un juego. Trate de que su hija o hijo no vea a los adultos de la casa embriagarse o perder el control y, si usted u otro adulto en casa tiene problemas con el alcohol, busque ayuda. Su hija o hijo verá que buscar ayuda es lo más sano y responsable, que no debe dar vergüenza, y recordará esa enseñanza cuando crezca y se enfrente sus propios retos en la vida.

    Cómo saber si mi hija o hijo bebe

    Algunos signos de que su hija o hijo podría estar bebiendo:

    • Cambios en la conducta

      • Utiliza chicle o mentas para disimular el aliento
      • Rompe con frecuencia con los horarios acordados para salir o regresar a casa
      • Tiene problemas de dinero
      • Maneja de forma imprudente, o tiene accidentes de carro o abolladuras inexplicables en el carro
      • Evita mirarle a los ojos
      • Hace llamadas telefónicas a escondidas
      • Pone infinidad de excusas para no cumplir con sus responsabilidades
      • Se comporta de manera inusualmente ruidosa y grosera
      • Se ríe sin motivo
      • Se ha vuelto torpe, se tropieza, carece de coordinación, falla su equilibrio, se le dificulta hablar
      • Se desaparece durante mucho tiempo
      • Tiene periodos de mucha energía o insomnio, seguidos de largos periodos de sueño para recuperarse
    • Problemas de salud

      • Tiene constantemente sueño
      • Dolores de cabeza
      • Suda demasiado
      • Se enferma muy seguido
      • En pocos días, pierde o sube mucho de peso
      • Vómitos
      • Temblores
      • Accidentes o lesiones
    • Problemas en la escuela o en el trabajo

      • Falta a clases o pierde interés en la escuela
      • Pérdida de interés por las actividades fuera de la escuela, sus aficiones o los deportes
      • Incumple con sus responsabilidades en la escuela o trabajo
      • Quejas de profesores o supervisores
      • Cambios en las calificaciones o el desempeño académico
    • Cambios de humor y personalidad

      • Cambios en las relaciones con miembros de la familia o amigos
      • Muestra constantes cambios de humor o parece inestable en sus emociones
      • Actúa como si estuviera enojado, parece deprimido o ensimismado
      • Parece que no tiene inhibiciones ni que tiene pena o vergüenza
      • Es silencioso, poco comunicativo
      • Parece hostil, agresivo y poco dispuesto a cooperar
      • Engaña u oculta cosas
      • Parece menos motivado, le cuesta trabajo concentrarse, parece hiperactivo o inusualmente emocionadoas de profesores o supervisores
      • Cambios en las calificaciones o el desempeño académico
    • En casa y en el carro

      • Desaparece el alcohol en el hogar
      • Se pierde el dinero u objetos de valor
      • Huele a alcohol en la habitación de su hija o hijo, o en el coche
      • Encuentra usted alcohol en escondites
    • Problemas de higiene y apariencia

      • Olores inusuales en el aliento o la ropa
      • Aspecto descuidado
      • Mala higiene
      • Mejillas o cara enrojecida o ruborizadarece el alcohol en el hogar

    Qué hacer si descubre que su hija o hijo bebe

    Ayudar a su hija o hijo a no beber o a retrasar la edad en que comience a beber tanto como sea posible será importante para su salud y seguridad. Si su hija o hijo está bebiendo, no lo considere como un comportamiento juvenil normal. Al contrario, hable sobre eso. Trate de entender por qué su hija o hijo bebe y cuáles son formas más saludables de lidiar con los motivos que tiene para beber. El consumo de alcohol se convierte en un problema serio si afecta la salud, las relaciones, la escuela o el trabajo y el funcionamiento diario. Si este es el caso, busque ayuda profesional.

    Enfóquese en la salud y no en los castigos

    Ayuda pensar en el consumo de alcohol de los jóvenes como un problema de salud y no como un problema de falta de disciplina. Aborde el problema como lo haría con cualquier otro riesgo para la salud de su hija o hijo y controle el impulso de castigarle. Haga lo posible para mantener la comunicación, demuéstrele que se preocupa por su salud y seguridad, y evite que las conversaciones se conviertan en un enfrentamiento inútil.

    Nuestros materiales en línea pueden ayudarle con métodos y técnicas de conversación para impulsar conductas más saludables en su hija o hijo. Hable de sus preocupaciones sobre cómo el consumo de alcohol afecta su salud mental y física, su seguridad y capacidad para tomar buenas decisiones y el cumplimiento de sus metas actuales y futuras.

    No sea tan duro con usted mismo

    Usted se está enfrentando a muchas influencias: la presión de los compañeros, la publicidad del alcohol y las campañas comerciales que celebran la bebida y minimizan los riesgos, y el deseo natural de los jóvenes de comportarse como adultos y experimentar con el riesgo. Con paciencia, amor e intervenciones adecuadas, usted puede ayudar a su hija o hijo a entender los peligros de la bebida y los beneficios de dejar de beber. Si es necesario, usted también puede ayudar a que obtengan el apoyo que necesitan para dejar de beber.

    Consiga ayuda

    Consiga terapia u otro tipo de ayuda profesional para su hija o hijo si continúa su consumo de alcohol. Dependiendo de la edad y la cantidad de alcohol que consumen, hay diferentes intervenciones disponibles para su hija o hijo y para usted. Existen varios programas en línea y de mensajes de texto para ayudar a adolescentes y jóvenes que beben a reducir su consumo de alcohol o a dejar de beber, además de que existen programas en línea para guiar a su hija o hijo hacia conductas más saludables.

    Si su hija o hijo no puede dejar de beber o no reduce de manera notable su consumo, nuestros recursos pueden ayudarle a usted a entender la red de tratamientos disponibles. El trastorno por consumo de alcohol puede tratarse eficazmente, sobre todo si se detecta a tiempo. Hay medicamentos eficaces para ayudar a reducir el consumo de alcohol y muchos tipos de terapia que son eficaces por sí solas o acompañadas de un tratamiento con medicinas. Lo más importante es estar seguro de que la persona u organización que ofrece el tratamiento que usted elija base su tratamiento en la evidencia científica y no en el castigo u otras intervenciones que no tienen fundamento. Para hijas o hijos adultos que puedan estar bebiendo en exceso, aunque ya lo hagan a una edad legalmente permitida, aprender a manejar la moderación puede ser útil para reducir su consumo y las consecuencias negativas relacionadas con el alcohol.

    Obtenga información sobre otras sustancias

    Acceda en estos enlaces a recursos sobre otras sustancias que le ayudarán a prevenir o controlar el consumo entre adolescentes y jóvenes.

    Cómo Hablar Sobre el Uso de Marihuana

    Sabemos que hablar con su hijo sobre los riesgos de la marihuana puede ser difícil. Estamos para ayudarle.

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    Heroina y Otros Opioides

    Recursos para las familias con un adolescente o un joven que enfrenta el uso de opioides.

    Aprenda más

    [1] https://www.samhsa.gov/data/report/2019-nsduh-detailed-tables
    [2] https://pediatrics.aappublications.org/content/144/1/e20191356
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    https://stage02.drugfree.org/newsroom/news-item/myths-debunked-underage-drinking-of-alcohol-at-home-leadsto-real-consequences-for-both-parents-and-teens/