Al igual que las señales de tráfico y los guardarrieles nos ayudan a navegar por la carretera con seguridad, los límites y las fronteras nos ayudan a navegar por la vida. Cuando su hijo cruza un límite, usted tiene la opción de permitirle experimentar las consecuencias naturales de sus acciones, o de protegerlo de todo el impacto.
Permitir que un hijo experimente las consecuencias es una herramienta valiosa para guiarlo hacia el cambio de comportamiento.
Los límites y las fronteras ayudan a establecer lo que es o no es aceptable en todo tipo de entornos, no sólo en casa o con respecto al consumo de sustancias. Considera las reglas en torno a:
Además de ser claro y coherente con las normas, también hay que comunicar claramente las consecuencias de su incumplimiento. Hay dos tipos de consecuencias: las que usted impone y las naturales, que se producen como resultado de las acciones de su hijo sin que usted intervenga.
El deseo de proteger a su hijo del dolor o el daño emocional, incluso cuando es resultado de sus propias acciones, es bastante instintivo. Pero permitir que su hijo “sienta el dolor” puede ser una poderosa influencia en sus acciones futuras. Intervenir para arreglar la situación impide que tenga la oportunidad de aprender de la experiencia y crea la expectativa de que la próxima vez lo salvará.
Considere los siguientes escenarios:
Su hijo de secundaria tiene que entregar un trabajo trimestral el lunes. Es domingo en la noche y ni siquiera han empezado. ¿Escribiría el trabajo porque no quieres que tenga una calificación más baja? ¿O le permitirá que se enfrente a las consecuencias de posponerlo?
Cuando se trata del consumo de sustancias, hay circunstancias en las que dejar que se produzcan las consecuencias naturales puede ser inseguro o estar más allá de su capacidad de tolerancia.
Por ejemplo, saber que su hijo ha estado bebiendo y permitir las consecuencias naturales de lo que podría ocurrir si conduce es inseguro y desaconsejable.
Las consecuencias naturales del consumo de sustancias pueden incluir problemas legales, incluidos los antecedentes penales y su repercusión en el futuro empleo. Esto puede ser más de lo que estás dispuesto a permitir. Es decisión de cada padre determinar su propio umbral de consecuencias naturales.
Cuando las consecuencias naturales no son prácticas o significativas, puedes considerar imponer las propias. Las consecuencias son más eficaces si son razonables, están directamente vinculadas a las acciones de su hijo y se aplican con coherencia.
Las consecuencias como resultado de acciones negativas junto con el refuerzo positivo son una combinación poderosa para guiar a su hijo hacia un comportamiento más saludable.