Si acaba de descubrir o tiene motivos para creer que su hijo consume nicotina, alcohol o drogas, lo primero que debe hacer es sentarse y respirar profundo. Sabemos que esto da miedo, pero estás en el lugar adecuado. Tómese un tiempo y prepárese para la importante conversación que le espera. Una breve preparación ahora puede sentar las bases para obtener resultados mucho más positivos en el futuro.
Su hijo puede preguntar: “¿Has probado alguna vez las drogas? Hay formas de responder con sinceridad que hacen menos hincapié en usted y más en lo que quiere para su hijo. Por ejemplo, puede explicarle que fumó, bebió o probó drogas para encajar, pero que descubrió que esa nunca es una buena razón para hacer algo. Concéntrese en el hecho de que las sustancias afectan a todos de manera diferente. Sólo porque tu vida no se haya visto perjudicada por el consumo de sustancias, has visto cómo les ha pasado a muchos otros.
No dejes que tu respuesta se convierta en una justificación para el consumo de sustancias. Céntrese en el tema que le interesa. Quieres mantener a tu hijo sano y salvo, y esto significa evitar el consumo de sustancias. Sé honesto, pero asegúrate de que saben que no quieres que usen.
Si te vapeas o consumes tabaco y tu hijo te llama la atención sobre ello, menciona que eres un adulto y que sí, que puedes hacerlo ya que es legal, pero que entiendes que no debes hacerlo y que no es saludable. Subraya lo difícil que es dejar de hacerlo como adulto y que quieres ayudar a tu hijo a no cometer los mismos errores.
Si se está recuperando, piense en su pasado de consumo de sustancias como una experiencia que puede utilizar para ayudar a mejorar el futuro de su hijo. Dígale a su hijo: “Yo hice estas cosas, pero tomé decisiones equivocadas, y quiero que conozca su historia familiar”.
Si crees que la conversación será incómoda para ti, imagina cómo se sentirá tu hijo. Prepárate para que te diga cosas que te sorprendan, niegue las pruebas más convincentes, te acuse de desconfianza o algo peor.
Prepárate para saber cómo vas a manejar una reacción de enfado o resentimiento de tu hijo.
Decide mantener la calma, independientemente de lo que diga tu hijo.
Las cosas irán mejor si tiene un resultado deseado para la conversación inicial con su hijo. Está bien -y probablemente sea lo mejor- mantener las expectativas bajas. Puede ser poco realista esperar que admitan el consumo y se comprometan a dejarlo. Un objetivo más razonable, como expresar que no quieres que consuman, puede ser una victoria.
Antes de iniciar la conversación, piense en las reglas que desea establecer y en las consecuencias de su incumplimiento. Esto puede ayudar a aclarar el objetivo de la conversación y a establecer un paso claro. Más información sobre “Establecer límites y controlar el comportamiento”.
Es importante que su hijo entienda que los antecedentes familiares de adicción le hacen correr un mayor riesgo de padecer un trastorno por consumo de sustancias o una adicción. Puedes explicarle que sus genes les hacen más vulnerables, lo que supone una razón más para evitar las sustancias.